El 15 de marzo de 2020 la población española comenzó su confinamiento debido a la pandemia Covid-19. El bloqueo se aplicó de manera homogénea a todo el país y se limitó el movimiento de la población y el acceso al espacio público. Este nuevo escenario puso en evidencia las desigualdades urbanas que existen en nuestras ciudades y las deficiencias habitacionales de nuestros hogares. Además, el confinamiento suscitó un debate sobre la intersección entre vulnerabilidad urbana y salud pública, y la importancia del urbanismo como herramienta para alcanzar la integración social en las ciudades.

En los siguientes mapas cartografío las características de las viviendas de los habitantes de Santiago de Compostela durante el confinamiento. Realizo el análisis mayoritariamente a partir de los datos publicados por el Instituto Nacional de EstadísticaINE en relación al Censo de Población y Viviendas del 2021. Opto por una escala de trabajo a sección censal para así realizar un análisis homogéneo y con resultados comparables y, en algunos casos concretos, trabajo con datos obtenidos de Google Maps y portales inmobiliarios como Fotocasa.

En base a las cartografías del confinamiento en Santiago de Compostela detecto desigualdades entre los barrios más céntricos —Ensanche, Zona Vieja— y aquellos más alejados de la zona monumental. Cuando se decretó el estado de alarma, un total de 97.800 habitantes quedaron confinados en sus viviendas. De ellos, el 22,79% era población de riesgo —concentrada en el Ensanche y en Fontiñas— y el 13,54% eran menores de edad —localizada en el nuevo Ensanche Sur—. El número total de viviendas era de 56.746, de las cuales el 16,32% estaba en régimen de alquiler con un precio medio de 5,50€/m2 al mes. Precisamente el índice de alquiler más alto se encuentra en el Ensanche y en la Zona Vieja, los barrios con la renta media por hogar más alta de la ciudad.